Comprendí que solo me quedaba la literatura. Escribir, por ejemplo mediante autobiografías o relatos de ficción, la cara siniestra de los enfermos psíquicos. Mis padres se han hecho mayores, y lo único que quisiera es que estén orgullosos de mí. Este libro rompe una lanza a favor de los que padecen esquizofrenia y los diagnósticos atados a la indiferencia de la ignorancia, ya sea cultural o religiosa. Todos los personajes escriben, algunos leen, pero todos han sufrido el estigma y el desamparo de la credibilidad y el desprecio incluso de familiares. Son diez historias. Cada una, a su manera, despliega un organigrama en primera persona. Todos los personajes tienen un diagnóstico, a veces certero y otras retrógrado. Espero romper un grueso hielo en la mirada de aquel que pueda sentirse reflejado en algún personaje. Espero también que sea una cadena de experiencias. Poca gente comprende el estigma y la falta de humanidad que tienen estos personajes.