En Dos corazones indomables se pone en duda el sentimiento que me empuja a cometer tantas locuras. Aquella apuesta entre dos amigas se convirtió al final en mi pesadilla diaria.
¿Cuántas veces te han retado a algo?
A mí me retaron a conquistar un corazón tan duro que me rompí antes de conseguirlo.
Un libro doloroso que me ha servido como puerta de emergencia y como forma de autorrescatarme del pozo en el que yo misma me lancé.
Una historia aún sin entender y que puede que jamás entienda, pero estará en vuestras manos sacar conclusiones de una historia cuyas heridas es posible que queden abiertas para siempre.
En todo caso, yo sigo con mi vida.
Aprendí a vivir ilusionada, a disfrutar como una niña, porque la vida son tres días: en uno naces, en otro morirás y el que te queda, que no lo gestionen otras personas.
Pero maldita sea la frase «a que no te atreves a…».