Por primera vez, Juan Antonio Jiménez se acerca al thriller, sin dejar atrás sus raíces como autor romántico para regalarnos otra apasionada y armoniosa historia de amor; en esta ocasión, para dar sentido a la sinrazón. Esta combinación de géneros y estilos refleja la versatilidad y la habilidad de Jiménez para contar historias.
Eidan es escritor. Lucrecia es su hermana y agente editorial. Ambos están dispuestos a cuidarse y protegerse, como su madre les inculcó de pequeños: «La familia es lo primero y es sagrada. No se es nadie sin familia. Una persona tiene que estar dispuesta a cualquier cosa para protegerla. No lo olvidéis nunca». Por ello, Lucrecia se verá obligada a escribir el final del último capítulo de la vida de su querido hermano.
Juan Antonio Jiménez nos presenta una narrativa rica en simbolismo y emociones profundas donde el fuego es el eje central de la narrativa, actuando como metáfora de la pasión, el peligro, la transformación y la destrucción.
En esta novela nada es lo que parece. Cautiva, emociona y roza la locura.