Un año antes de su fallecimiento —a los 51 años—, Gustav Mahler se encuentra con Sigmund Freud en la ciudad holandesa de Leyden. Mahler, deprimido por la infidelidad de su esposa Alma, ha pedido la entrevista, tras muchas dudas y haberla pospuesto en varias ocasiones. Esta se prolonga, en un largo paseo, durante más de cuatro horas.
En el relato se cuenta lo que pudo ser la extensa conversación entre los dos personajes, presentando al mismo tiempo una visión impresionista de ambas personalidades.
Enmarcando esa entrevista, también aparecen en la obra la propia Alma, el arquitecto Walter Gropius (amante de esta) y el director de orquesta Bruno Walter, discípulo de Mahler.
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