La España oscura del reinado de Felipe II, y sus herederos, es el escenario donde
la Iglesia y la Corona juegan una partida por conseguir el mayor poder del reino.
No importan las consecuencias ni quién caiga en el juego; el objetivo es el poder, y nada ni nadie debe entrometerse.
En esta partida a vida o muerte no hay reglas.
Durante el fnal del siglo XVI y principio del XVII, los cardenales primados de Toledo, que también ocupaban el cargo de inquisidor general, quieren controlar la corona y, para ello, no dudan en utilizar peones cuya moral es más que discutible; ya sea para asaltar la biblioteca del Monasterio del Escorial o para asesinar a delegados reales en Toledo.
Una historia que nos lleva desde la construcción del Monasterio del Escorial, usando toda la magia y simbología del templo de Salomón en su diseño, al acercamiento de Felipe II a la alquimia y al esoterismo en las obras que buscó por toda Europa; llegando hasta la lucha sin cuartel del arzobispo de Toledo, Bernardo de Sandoval y Rojas, para conseguir recuperar el dominio sobre la villa de Illescas, que pertenecía a Felipe III.
En todo este juego de estrategia, la fgura de Doménikos Teotokópoulos, El Greco, es de vital importancia, tanto para uno como para los otros. Sus obras y los enigmas ocultos en los cuadros serán determinantes en la lucha de poder que se establece en la España de los Austrias. Estas pinturas son parte de un camino iniciático en el que otros grandes personajes de la historia de España acompañan al pintor griego en su misión.
Daniel Díaz Carbayo entrelaza la realidad y la ficción en esta historia protagonizada por una serie de personajes reales que aquí ofrecen una faceta de su personalidad poco conocida; donde la intriga, el suspense, las tramas por conseguir el poder y la lealtad a uno mismo forjan una novela donde nada es lo que parece.