Se ha escrito mucho sobre la muerte y la posible reencarnación, ya lo dije en mi anterior libro.
Duncan MC. Dougall, en el año 1907, en Massachusets, después de muchas pruebas, aseguró que el cuerpo físico, en el instante posterior a la muerte, pesaba 21 gramos menos, lo que correspondería al peso del
alma al abandonar dicho cuerpo.
Sabemos de lo que estamos compuestos, y que no somos ni de barro ni de carne y hueso, porque solo somos energía. Y, en este caso, ¿existe la posibilidad de que esa hipotética alma, antes de presuntamente desaparecer totalmente, pueda, de alguna forma, comunicarse con seres vivos?
Existen multitud de datos, de los que yo, en ocasiones, he sido también partícipe de esta comunicación, naturalmente, no física.
Este libro trata sobre estos temas, aunque es ficción.
Pero… aquí queda.
Carlos López, nacido en Barcelona en 1948, actualmente reside en L’ Escala, un pueblecito costero de la provincia de Girona, con su esposa, donde disfruta de una gran tranquil