Esta fábula espiritual estoica relata la vida de un petirrojo que, tras vivir el tiempo que tarda en dar la Tierra una vuelta alrededor del sol, en el transcurso vital de un año, y habiendo adquirido al nacer una serie de virtudes estoicas por parte de los que fueron sus mentores del bosque.
Transcurre su vida, migrando hacia el sur, buscando temperaturas más cálidas y la observación del «transcurrir del tiempo», contemplando a la humanidad y su forma de tratar a la naturaleza y a sí mismos; en un intento de comprenderlos y buscando a seres espirituales que se encuentran ocultos con velos de colores opacos entre la humanidad, recorriendo varios espacios y dialogando con ellos y consigo misma, en busca de la verdad de su fugaz vida, que pertenece al cosmos divino, y a devolver, habiendo vivido estoicamente.
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