Luis Fajardo de la Cueva, hijo del primer marqués de Los Vélez, celebra el nacimiento de su hija Mencía con una jornada de caza a la que invita a sus amigos. La madrugada no comienza bien. Un certero rayo le derriba al entrar en
la sierra de María. Trasladado inconsciente con urgencia al castillo, el médico judío que le atiende está desorientado al no mostrar ningún tipo de lesión. Al final, llega a la conclusión que la pócima salvadora de sus daños internos
puede estar en el contenido macerado en alcohol de un extraño fruto que se cría en Sigüenza y Navarra, donde conocen sus propiedades terapéuticas. Para encontrar el antídoto, hacia allí se encamina una comitiva. Lo que todos
ignoran es que con el rayo ha recibido el castigo a un pecado no cometido, en forma de hechizo que le mantiene en vida sin vida. Por si fuera poco, la marquesa tiene otros planes para su hijastro. Quizás el antídoto no sea el remedio que necesita. O tal vez sí.