En la época actual, vivimos en un proceso de cambio perpetuo que nos conduce a ser espectadores de nuestra propia vida, como si de otra persona se tratara. No somos muy conscientes de nuestros propios pensamientos, ni de la forma en que sentimos, gozamos o simplemente vivimos nuestra propia existencia.
Por eso, he tenido la inquietud de describir sobre todos estos procesos mentales desde una óptica puramente filosófica, sin ningún afán científico, ni de monopolizar la verdad, ni mucho menos de protagonismo, cada uno tiene que ser suficientemente libre para abrir su mente a sus propios pensamientos. Así pues, cada uno de los apartados de este manuscrito reflejan deslumbramientos casi subconscientes de la búsqueda de eso que llamo la “mente propia”, la mente que experimenta sin pensar y que actúa por sí sola.