Román es un crío, que a frinales del siglo XIII, se escapa de Moral de Caltrava, por hambres y malos tratos. Tuvo la suerte de ser adoptado por dos frailes que le enseñaron a escribir y muchas cosas más. El aquí cuenta su historia: Yo soy Román Vargas y Hornero y con edad de unos treinta y
nueve más de años desde mi nacimiento. No tengo claro el sitio donde estaba mi cuna, que mi madre nunca me lo dijo. Debió ser por el Moral o la Granátula o por aquí cerca. Mis recuerdos de aquellos entonces, quedan un tanto confusos por el mucho tiempo que ha pasado. Yo sé que mi madre era muy buena; creo que se llamaba como Manuela o a lo mejor Ramona que desto tampoco me acuerdo bien. Mis hermanos y yo, sólo le decíamos madre….. Después de buena tunda sin porqué, fuime a la calle en tiempo de calores, a comer de lo que me allegaban las almas caritativas que por las Calatravas nunca faltan, pero que apenas dan porque poco tienen. En pocos días y unas cuantas noches al raso, me llegué, después de dura trepada, a las puertas del mayor de los castillos de los calatravos, que cumple como legua y media del pueblo de La Calzada…. No sé cuantos días estuve de escondido porque contar no sabía. Pudieron ser tantos como los dedos de una mano ó a lo mejor de las dos, que deso ya no me acuerdo…….
….Sábese que en cualquier sitio, ya sea de ome solo como si son más y aún muchos, es necesario tener agua a mano. El agua la precisan los omes y las bestias, que hasta el más simple sabe que las gallinas para poner sus güevos precisan de medidos buches de agua y que los omes no son
menos en estas precisiones y aún más porque estos, deben lavarse y hacer gestiones de limpieza, aunque desto hay unos más enterados que otros….
….No me callé los pecados, tampoco hice presunción ni lo exageré en exceso porque, de lo que hay en los escritos, es casi todo verdad. Algo es lo que he inventado, más que nada por cuadrar lo que se me iba cuajando………
Cuarenta y tres más de años, casi los cuarenta y cuatro, son los que tengo en mi cuenta. Los ojos me están llorando. No es de penas, que no faltaron, y también podría ser. Me lloran porque estoy viejo y ya no veo bien las letras.