El viaje que realiza Miguelina junto a Ricardo, después de renunciar por segunda vez a escalar el Aconcagua para que su amigo concluyese el trabajo del Camino de Santiago, interrumpido por la muerte de Pere, amigo común, fue todo un gesto de generosidad por parte de ella. Además, Miguelina también le acompañará a Tarragona al sepelio de Pere, que decidió realizarlo pese a que esos acontecimientos no son de su agrado.
Tenerife a Madrid para comenzar la ruta hacia León. Es en Madrid, antes de partir, cuando descubre que Ricardo no le ha contado toda la verdad de su vida. Un cuaderno de notas cae en sus manos, el cual se convierte en una obsesión de querer leerlo. Desde León hasta Santiago de Compostela, pasaron por pueblos y aldeas, y Ricardo se iba mostrando diferente, parecía otra persona; ella pensaba que se debía el hecho de recordar a Pere, y su carácter se resentía. Ocurren acontecimientos en el transcurso del viaje que van mermando la relación de amistad, confundiendo los sentimientos de Miguelina. Al final, nada era lo que parecía.