A través de los ojos de Abdú, un adolescente con una madurez sorprendente, el lector se adentra en el día a día de un pueblo africano que vive bajo la influencia de la tradición, a la vez que se ve forzado a enfrentarse a una fábrica ubicada al lado de la aldea, cuya intención es ocupar sus tierras.
Varios personajes protagonizan la historia y despiertan la empatía del lector, mostrando la vida sin disfraz, sacando a la luz temores, frustraciones, pero también entusiasmo y anhelo por la libertad.
El cuaderno de Abdú nos enseña la verdadera naturaleza de la relación que existe entre algunos pueblos de África y las multinacionales con las que comparten espacios, pero no siempre los mismos intereses. Una coexistencia que generalmente lleva a una situación no exenta de polémica