Dios es y será un ladrón de cuerdos. Puede que existan señales divinas o presencia de ellas, sin explicación aparente. Son muchos los que creen que, en esta vida, un ángel los protege, y otros que Dios les habla, pero al ser humano no se le ha podido retirar la fe que les fortalece en creer que hay algo más. Existe una asistencia divina en aquellos que creen en un poder que va más allá de su capacidad de entender las cosas.
Algunos tienen instaurados en su vida la confianza de que si necesitan a alguien o algo y de repente aparece en su vida…, no lo descartan como simple casualidad. Quizás para algunos es obra de Dios, otros creen lo que quieren creer. Un hombre desencantado de la vida decide levantar las cortinas a la sociedad para descubrir y descubrirse con la única pregunta: ¿existe otra forma de vivir?