1232 a. C.-Canaán. Gedeón, quinto juez en la cronología israelita, muere. Su hijo bastardo, Abimelec, le sucede. Para ello, eliminará a sesenta y nueve de los setenta hermanastros que tiene. Un enigmático e infernal personaje le entregará una arquilla. Su compromiso será sustituir a Yahvé por Baal. A cambio, el regalo le hará señor de todo ser vivo que habite la Tierra. Su prematura muerte somete al olvido el poder de la arquilla, construida para rivalizar con el Arca de la Alianza.
Siglo XIV- Un mercader la encuentra en Etiopía y la traslada a Toledo. Samuel ha Leví Abulafia, tesorero del rey Pedro I, el Cruel, la recibe para su custodia y ocultamiento. Conoce la leyenda: su poseedor se hará con el dominio de la humanidad. Los rumores alcanzan tanto al rey como a su rival por el trono, Enrique de Trastámara. Ambos tratarán de conseguirla.
Siglo XXI- Un famoso anticuario judío es asesinado en el museo de Santa Cruz, en Toledo. Era el último guardián de la arquilla. Agentes de los servicios secretos de las naciones más poderosas, inician una lucha sin cuartel para descubrir el paradero del arma más eficaz y limpia que jamás ha existido. La potestad sobre los demás, del país que la posea, está en juego.
Mentiras, traiciones y ansias de poder sin límite envuelven tres épocas muy diferentes entre sí, pero convergentes en un mismo propósito. Una acción rápida y trepidante obliga a mantener la atención de forma constante. Toledo, Urueña, Jerusalén, Magdala, desierto del Neguev, mar Rojo y Eritrea son parte de los lugares donde discurren los hechos. La permanente intriga envuelve la historia hasta el final.