El arte, además de relatar las más profundas racionalidades del artista, también es
una ventana abierta al funcionamiento orgánico del mismo. Como una maquinaria,
que presenta una funcionalidad de cada elemento con respecto a su entorno,
el artista posee unos mecanismos que hacen de cada obra una auténtica lección,
radiografía del intelecto y del sentimiento humano, además de su conocimiento,
experiencia, memoria o intuición, para dar como resultado un lenguaje artístico
único de cada creador/a, que suele imprimir en el arte sus razones, intenciones y
sentimientos, muchas veces ocultos para el receptor/a, de manera que el intérprete
deberá sintonizar con estos parámetros para comprender ese idioma estético,
permitiendo una mayor información, comunicación y curiosidad sobre este mundo
artístico. El monográfico procura convertirse en un volumen de autoayuda, para intentar
comprender mejor los lenguajes artísticos particulares y generales de la Historia
del Arte, con una rigurosa lectura de las Artes Plásticas. Cada creador/a, con
su irrepetible y particular funcionamiento, intenta dejar su especial huella dactilar
en el fango de su obra. La investigación, desarrollada durante varias décadas en el
taller del autor, como historiador del arte, ha supuesto un viaje personal apegado al
autodidactismo y a la ciencia, y ha tenido como meta abrir el organismo del mismo,
como archivo físico, para registrar y radiografiar el funcionamiento personal de las
actividades generadas por los mecanismos introspectivos del proceso constructivo,
de cara a la creación artística. Los automatismos de los reflejos, la improvisación
del lenguaje, los impulsos anímicos, o la interrelación de los sistemas orgánicos,
como pautas programadas por la naturaleza, se pueden trasladar hacia distintas actividades
y reacciones humanas, como las propiamente creativas. El manual, desde
la experiencia de su autor, trata de ofrecer una perspectiva de la teoría personal
del aprendizaje o sobre la resolución de las tareas en las actividades constructivas.
Aparte, el trabajo presenta una selección de métodos, creados por necesidad
o rigurosamente seleccionados, inclusive de otras disciplinas científicas ajenas al
mundo del arte, para convertirnos en entes multidisciplinares, que permitan al investigador/
a en la materia, ayudarle en los comienzos de su investigación, o como
contrastación por parte del profesional ya formado. El arte se puede convertir en
una actividad terapéutica que permite exponer pensamientos para la distracción, la
desensibilización y la conciencia de los mismos, amplificados por la filosofía, la cual
genera la abstracción intelectiva de la mecánica humana y la poderosa imaginación,
que intenta alcanzar unas cotas de un perfeccionismo desmedido dentro de las
fronteras de lo posible y de lo imposible.