Claudio es el funcionario titular del cementerio barcelonés de Can Tunis. Fue abandonado al nacer en un centro religioso de Murcia. Vivió y creció en un orfelinato, su vida es triste y apagada. El futuro es solo una cuestión retórica para él. Vive solo, no hay mujeres en su vida. Obsesionado por conocer la razón por la que sus padres lo dejaron abandonado en el molinete del convento, pone en marcha todos los recursos que su función administrativa le proporciona en el grandioso cementerio en el cual trabaja para investigar sobre su pasado.
Las pesquisas se ven salpicadas de aventuras y encuentros inesperados que transforman su existencia. Su interés por el arte hace que finalmente encuentre la compañía de una mujer excepcional; también una mascota arisca que solo le obedece a él. Ambas situaciones, en absoluto previstas, le obligan a evolucionar y poner de manifiesto sentimientos ocultos.
Claudio, aparte de vivir una hermosa historia de amor, consigue finalmente poner de manifiesto una sórdida relación familiar, ocurrida a finales de la Guerra Civil, que da respuesta a lo que andaba buscando. Encuentra a su familia. Una vez que ha conseguido saber la verdad sobre su pasado, ya puede descansar en paz.