En este último libro, El gato de la Reina, el autor hará un intento de acercamiento a una soberana Juana I de Castilla, cuyo “Mal de la mente” le hará vivir apasionadamente un amor no correspondido por su esposo y que a nivel del análisis, de su psicobiografía, este último pudo influir en la presentación y agravamiento de la enfermedad de su madre la Reina católica, donde como línea de trabajo el autor se plantea el análisis psicopatológico de la figura de esta Reina incluido el maltrato psicológico, que tuvo a su alrededor.
En la Flandes de los negocios de la lana de Castilla y dentro del entresijo diseñado con esmero por los Reyes Católicos, que en su intento de ampliar sus dominios besados por la fe de Cristo, van a diseñar toda una política de matrimonios reales con su aliado Maximiliano, Emperador del Sacro Imperio Romano, en contra de su enemigo natural, el Rey de Francia. En medio de todo este desaguisado va a aparecer una figura especial, doña Juana, que en un principio no estaba preparada para ser Reina. Pero el azar en forma de Tánatos tropezando con sus hermanos, la van a situar en primer plano como reina casada con un archiduque que se adorna de cierta aire de sociópata, el cual debido a un mal control de sus impulsos le van a consumir en deslealtades amorosas con todo tipo de mujeres, que van a influir en parte en el desajuste emocional y precipitación de una personalidad distímica con rasgos de celotipia de la Reina analizada, disparada en forma de crisis hacia la psicopatía, pero por otro lado, la inteligencia natural de esta Reina le va a permitir llevar con dignidad incluso un largo encierro, cumpliendo su misión de viuda enamorada y madre protectora del Emperador Carlos V, que también va a abusar de ella. Podemos imaginarnos la vergüenza sentida por aquel hijo desagradecido, que no solo había usurpado el trono sino que además robaba sin pudor el tesoro familiar.
Ordenando que su madre no abandonase Tordesillas aunque la peste estuviera llamando a la puerta de los aposentos de la Reina, encerrándola con su hermana, la pequeña Catalina. Su última cárcel, su última parada ya que su propio padre el Rey Fernando anteriormente también la había enclaustrado, todos cegados por la fantasía de la hedónica del poder, donde sus egocentrismos en forma de ansias de conseguirlo, no le van a impedir maltratar a la Reina de Castilla.