Dice María, siempre me quedará la duda de que si hicimos lo correcto al influir mediante el Obispo de Segovia, que nuestro hermano Saturnino, ingresara en el Seminario de Toledo, para coger los Hábitos de Fraile o de Monje, y consagrar su vida al cristianismo.
Y después su hermano Antolín, Duque Arcada la responde, y a mí el remordimiento de no haber distribuido la herencia de nuestro padre a partes iguales, entre los tres hermanos para que no se hiciera abominable, cuando cogiera los hábitos de Fraile, repudiando, odiando y detestando a toda la familia emparentada conmigo. De todas formas, nunca quiso ser como fuimos nosotros, respetuosos, amables, educados, cariñosos y buenas personas.
Desde luego, no sé cómo explicar, que entre tanto aspirante a títulos nobiliarios en la zona centro de Castilla, donde se ha desarrollado esta historia, aparece el duque Gerónimo Arcada, pariente del Arzobispo Alonso de Fonseca, y con influencias en la Corona de Castilla con todo el grupo que cuidaba de la reina Isabel la Católica. Por eso, fue un acierto considerar que la saga Arcada, se defina en la trayectoria del mayor de los tres hijos, Antolín, y no de Saturnino el fraile, dueño del Palacete Albergue del Monasterio Dominico, que ordenó construir, cuando recibió la herencia de su padre el duque Antolín Arcada, en la Sierra de Gredos (Ávila), para utilizarle en campañas propagandistas de jóvenes en edades comprendidas entre 18 y 20 años, sin descapullar.
Pues sin meditar una pizca, al domingo siguiente de su inauguración, se publica en la portada del periódico de más tirada de la Capital de España, un enigmático máster para jóvenes, que coincida con el primer curso universitario, donde puedan estudiar todas las materias conjuntamente con las que figuran en la tesis universitaria.
De cualquier forma, la ilustración de los alumnos va dirigida con vistas a enseñar y educar en la doctrina con determinadas creencias religiosas sobre el luteranismo o calvinismo, cuyo misterio no se desvelará hasta recibir el máster que les autorice a dirigir las sectas seleccionadas por el Prior del Monasterio Dominico de mundos diferentes.