¿Es El Quijote un libro idóneo para nuestro tiempo?
No es solo el paisanaje, que también, la razón de repensar y divulgar las enseñanzas de El Quijote. Nací en Alcolea de Calatrava (Ciudad Real). Licenciado por la Universidad Complutense, he dedicado mi vida a la docencia, impartiendo Lengua y Literatura durante 40 años en diferentes lugares como Madrid, Almadén (I.B. Pablo Picasso) y el Instituto Zurbarán de Badajoz.
Cervantes y El Quijote siempre fueron mis temas favoritos. Durante el curso 1985-1986, surgió una nueva etapa en la enseñanza con la aprobación del Proyecto Atenea: “Incorporación de las Nuevas Tecnologías en la Educación”. Asociamos el Centro al Proyecto, e inmediatamente nos pusimos a trabajar.
Estimulé a los alumnos a manejar El Quijote: componer una base de datos con los refranes. El hallazgo de uno motivaba encontrar el siguiente y, así, sucesivamente. En esos años, mis alumnos leyeron El Quijote con la emoción de encontrar refranes, comentar sus sentencias y reflexionar sobre los pensamientos cervantinos.
Estos trabajos sobre El Quijote los acicalé debidamente y los presenté como ponencia en el Encuentro Nacional Las Nuevas Tecnologías en la Educación, celebrado en Santander del 11 al 14 de septiembre de 1991.
Por ser limítrofes con Portugal, fui invitado al Congreso Luso de las Nuevas Tecnologías, en Portalegre (Portugal), para exponer el estado y los resultados de la experiencia que el Proyecto Atenea realizaba en nuestro Centro.
Lo menciono porque, una vez más, El Quijote fue el protagonista y yo su portavoz en aquel congreso. Repetí, por invitación, esta experiencia de tecnología, literatura y estado de la cuestión en otro encuentro luso en Castelo Branco. Hubo mas experiencias: fue una época de encuentros y animosos intercambios de aprendizajes.
Hablo para coetáneos del MS-DOS y del temido “syntax error” que, ante la menor falta, nos obligaba a volver atrás. Era frustrante, pero también ilusionante y novedoso. Avanzamos con la aplicación KNOSYS, una base de datos documental muy apropiada para el tratamiento de la palabra, que nos permitía desentrañar las obsesiones de un autor. Así lo hice con el libro-poema Un árbol solo.
También utilizamos el Open Access, que nos donó el Ministerio de entonces, y que nos subió un peldaño más en una época en la que la voluntad era la compañera fundamental de las novedades educativas.
Han pasado los años, muchos años, y decidí comentar, contextualizar y compartir todas las enseñanzas que Cervantes nos legó con su palabra.
Y, sin ahora lo dicho suena añejo, mientras la inteligencia artificial y sus consecuencias representan el último grito en digitalización, y mandan a la prehistoria el trabajo laborioso y entusiasta de aquellos tiempos (¡que fue ayer mismo!), aunque las herramientas de entonces queden obsoletas, el sujeto permanece: el inmortal don Quijote.
El Quijote sigue siendo un libro idóneo y necesario para pensar nuestro tiempo.
Aquí te lo presento, “in extenso” y con todos sus personajes, convalidando el pensamiento cervantino