El libro de la celda de Regis Iglesias Ramírez contiene incalculables valores literarios, un lenguaje neogótico que nos aproxima al ambiente de Mátrix (1999), a través de un personaje oculto que pudiera ser un Neo insular, enredado invariablemente en los numerosos muros transparentes entretejidos por los arácnidos, insectos de turno. Un orden cuyo cosmos es el caos, la vastedad del caos, y la mutación de la obra majestuosa a lo más peculiar de la vida de un resistente: la sobrevivencia diaria, rutinaria, en los pocos metros que lo circundan. Su fe, su salvación. Su creencia, su ídolo, la moral política, el coraje y la inocencia dentro de su mayor signo de identidad: la de la perenne rebeldía. Lean este libro como lo que es, una obra literaria, pero también como una confesión de fe patriótica y cristiana, y como el legado de un joven cubano, padre, luchador por la libertad, que entregó ocho años de su vida para que su país viera la luz y volviera a creer en la verdad.
Es el testimonio de un escritor que continúa escribiendo y actuando desde el destierro, y pensando y anhelando con una enorme fuerza en que debiera regresar a su país a cumplir con un destino, y quedar allá junto a los suyos: los héroes cotidianos y los mártires del Movimiento Cristiano Liberación. Zoé Valdés