El brillante (o mejor dicho, el reluciente) abogado Tirso del Castillo ha recibido el encargo de defender a un prestigioso oncólogo cuya investigación para la cura del cáncer de páncreas puede caer en manos de una empresa sin escrúpulos. El reto es interesante, pero algo chirría: un bueno demasiado bueno, un malo demasiado malo, una juez demasiado amable y comprensiva… y, sobre todo, un caso demasiado grande para un abogado tan pequeño. ¿O quizás no tan pequeño? Alguien está jugando con Tirso, quien tiene que tirar de sus “encantos” para destapar la farsa y ponerlo todo en su sitio. ¿Todo, o casi todo? Tres años más tarde, un doble crimen reabre el caso, lo pone patas arriba y provoca el reencuentro de Tirso con dos viejos amigos, los agentes Varona y Navarrete. Por cierto, ¿qué pinta una vaca en toda esta historia? La respuesta, en el último capítulo (o tal vez un poco antes).