El Niño Atlántico es una obra narrativa ambiciosa, por ahora la más importante de este curioso escritor rioplatense. Estamos ante una suerte de novela cosmopolita en sus escenarios y en sus personajes. De este modo, conjugando historia, mito, relatos y reliquias, realidad y ficción, la trama enlaza las vidas de sus personajes en espacios y tiempos entrecruzados que van y vienen. En sus páginas irrumpen figuras históricas y enclaves geográficos, referencias literarias solapadas o explícitas, en una celebración del lenguaje que llamamos de literatura. Desde el Asia Menor a París, de Londres a Suiza y de la Europa Central al Estuario del Plata. Los tiempos van y vienen, como las múltiples historias que se presentan al lector. Muchos lenguajes se congregan en las páginas de El Niño Atlántico. Un arquetípico bar, un barrio, una cárcel, un músico que desaparece y un libro que se posterga y nunca llega a escribirse, tejen parsimoniosamente el relato. La aldea, el mundo y la literatura articulados en doce sólidos capítulos, que completan la esfera de un reloj deshecho a martillazos…