Las guerras no las gana nadie. Vivos y muertos serán perdedores porque aquéllos tendrán que renegar de la causa que defendían, que tal vez sólo fuera al matar antes de que a ti te maten, recordarán a sus muertos y volverá a germinar en ellos más odio y destrucción. Siempre quedará la duda entre los supervivientes, si será posible o no seguir viviendo juntos. La subsistencia se convertirá en la obsesión de los perdedores (los vivos) porque los muertos ya no tendrán nada que perder. Y aunque tú, Jaime, no hayas ido a la guerra, ni la hayas visto de cerca, la sufrirás porque, desgraciadamente, tu familia está marcada por la guadaña afilada de la muerte…
“Aunque no hayas vivido esa época, yo sí, los personajes y las situaciones son tal cual. El lenguaje y el estilo, exquisitos. Merecía haber ganado el premio Nadal” (T. Tuñón)
“Lenguaje muy trabajado y gran ambientación. Novela rural en el mejor estilo de Delibes, Cela o Ramón J. Sénder” (I. Crespo)
Biografía:
José María Santos (1958.Olmillos de Valverde, Zamora). Licenciado en Filología Hispánica ( Universidad de Salamanca). Funcionario de Prisiones desde el año 89. En el 2007 publica su primera novela «Alhaurín. Viaje sin retorno», ed. Arcopress, de la que vende más de 10.000 ejemplares. Con su segunda novela «Hijos de la luna», ed. Zappelin, 2010 se consagra como escritor. «El niño que nunca fue a la guerra», 2013 quedó finalista de uno de los premios literarios más importantes de este país.
Con la guerra civil como trasfondo, un niño lleno de preguntas, muchas de ellas sin respuesta, vive la miseria, el hambre, las injusticias y el miedo en una aldea del interior de la España profunda. Y una historia de amor. Con un léxico rural de la época, el autor nos presenta una conmovedora trama en la que todos sus personajes quedarán marcados por la guerra.