Don Diego Draculea después de haber realizado sus numerosos actos de perfidia tanto en Alicante y sus alrededores como en Madrid, emprenderá viaje de regreso a su lugar de partida en España. En este periplo de retorno pasará por Aranjuez y Toledo, así como por un dilatado trecho de la Mancha, mientras que tanto él como su séquito seguirán siendo asistidos por Doctor Sobrino, comadrón, quién además le informará e instruirá sobre algunos sucesos de la reciente y traumática historia de España. Como consecuencia de ello, el Noble se sentirá vinculado al pueblo español por unos fuertes y entrañables sentimientos afectivos y una particular empatía.