La guerra civil de 1936 es a juicio del autor de este libro el telón de fondo fundamental de toda la obra de Francisco Umbral. Y de su serie de novelas más propiamente guerracivilistas, que son el objeto directo de este libro, se destaca “La Leyenda del César Visionario” obra cumbre de la prosa umbraliana, y dentro de ella un episodio en particular que se recoge hacia el final de la novela, del quinqui robagallinas que se hizo pasar por el Ausente en la retaguardia de la zona nacional hacia el final de la guerra. Donde se ve inmejorablemente plasmada esa tensión dialéctica entre dos memorias históricas antagonistas sobre nuestra guerra civil que se analizan en este libro, la de los quinquis vallisoletanos, y la otra memoria, de un “niño de derechas”, cohabitando en la prosa guerracivilista umbraliana y en la mente de su autor. Esta obra –de creación y de investigación literaria a la vez- hubiera quedado no obstante incompleta sin dar cumplida respuesta a la cuestión irresuelta que la biógrafa (no autorizada) de Umbral, Ana Caballé, se abstuvo de zanjar en su libro, a saber, la identidad biológica del padre oficialmente desconocido del autor. Falangista y no precisamente del montón (…) Lo que explica todo de la vida y de la obra de Francisco Umbral. De lo contrario, nada se explica, ni de la memoria histórica de Umbral ni de su trayectoria.
Biografía:
Mi nombre y apellidos, blanco de linchamiento periódico, intermitente, a rachas y desde hace décadas en los medios (nacionales
y extranjeros), no precisan tal vez, a juicio de algunos, de presentación ninguna. En el prólogo a este libro, de mi amigo Antonio Parra Galindo, se hace alusión a mi gesto de Fátima, de mención insoslayable sin duda en la presente edición.
Han pasado ya más de treinta años de aquello. Asumí y sigo asumiendo aquel gesto de protesta que me valió como bien se dice en el prólogo cárcel y expatriación, y a añadir, una pena de infamia en la práctica que arrastré desde entonces y que es algo inexistente –en teoría, por propia definición- en democracia. Llevo ya más de veintisiete años residiendo ininterrumpidamente
en Bélgica donde desde el principio de mi llegada –el 11 de marzo de 1987- traté de integrarme en la vida civil, lo que confieso no haber conseguido nunca del todo. Me casé en Bélgica, me divorcié años más tarde y tengo un hijo de veinticuatro años de edad con la doble nacionalidad belga y española. Llevo ya más de diez años interviniendo a diario en la red, a través de blogs y blogosferas, y de foros de discusión digital españoles, siempre con mi nombre y apellidos. El libro que aquí se presenta fue en sustancia fruto de una tesis de doctorado en la Universidad Libre de Bruselas, que no llegué a poder defender por culpa de la ley de la Memoria Histórica, de fuerza vinculante en las universidades extranjeras como lo pude comprobar yo mismo a mis expensas.
Y la identidad del padre biológico de Umbral era un secreto a voces, que no se cansaba de pregonar (entre otros) Ángel Alcázar de Velasco, al que no alcancé a conocer pero del que oí no poco hablar en mis años de militancia falangista en la Universidad (a finales de los sesenta)