Verónica, una muchacha caprichosa, arrogante y malvada, perteneciente a la nobleza sevillana, se enamora de Sebastián, un pintor de la escuela de Murillo. Cuando se da cuenta de que se trata de un amor imposible, desata su ira contra todo aquel que se le acerca. Su boda con un militar de la Guardia Real, y posterior traslado a Madrid, la acercan a la corte. Se verá involucrada en una conspiración, en complicidad con la reina Mariana de Neoburgo, contra el monarca Felipe V. Sebastián conoce su condición sexual cuando se enamora de Joel, un descendiente de judíos. Su relación será una odisea; Verónica primero y la Santa Inquisición del siglo XVIII después, no permitirán que duerman tranquilos ni una sola noche. Una noticia enormemente sorprendente, poco tiempo después del terremoto de Lisboa de 1755, provoca el desenlace de la historia.