El Camino de Santiago, conocido por ser un viaje físico y espiritual, se convierte en el escenario perfecto para que Víctor enfrente sus demonios. La relación compleja con Iñaki, su maestro, simboliza las expectativas y presiones que, con frecuencia, desvían a las personas de su verdadero camino. La figura de Iñaki, que inicialmente representa guía y sabiduría, se transforma en un recordatorio de las cadenas emocionales que han mantenido a Víctor atado a un pasado que ya no le sirve. Desde Bilbao hasta la Costa da Morte, cada etapa de su viaje no solo supone un reto ante la adversidad, sino también un caminar desde la introspección y la confrontación. Amelia e Irene son fundamentales para que Víctor comprenda la verdadera naturaleza de Iñaki y su influencia en sus vidas. La revelación de Iñaki como líder de una secta plantea preguntas sobre la manipulación y el abuso de poder. La narrativa entrelaza la búsqueda personal de Víctor con los paisajes y la cultura del Camino, que actúan como un espejo de su transformación interior. El peregrino es una obra que, además de ser la culminación de una trilogía, aborda temas como el arrepentimiento, la necesidad del perdón y la búsqueda de la identidad perdida.