Tras publicar Versos acantilados me decidí a afrontar un nuevo reto, un poemario que rompiera las reglas, un libro en el que el pincel y la pluma compartieran un lecho donde engendrar paisajes de belleza perturbadora.
Mara Ángeles y yo nos pusimos a trabajar codo con codo, ella eligiendo sus mejores pinturas, y yo escribiendo nuevos poemas para completar una obra inédita. La selección fue ardua, elegir lo mejor de ambos mundos y buscar a cada uno su contrapunto, su pareja ideal, para enmarcarlas cara a cara en las mismas páginas, no fue tarea fácil.
Tuvimos una dificultad añadida, había poemas que no cabían en una página, el reto consistía en que la pintura y el verso quedaran encarados y para no amputar ninguna estrofa, tuve que reconstruir la versificación respetando el
ritmo y la métrica de cada uno de ellos. El trabajo fue complicado, pero con la dirección, la corrección de textos y la inspiración de Gloria, mi esposa, creo que hemos conseguido cuadrar el círculo.
Mara Ángeles y yo os agradecemos el cariño con que habéis acogido a nuestro recién nacido y esperamos que os haga compañía y os regale esos momentos mágicos que solo el arte puede proporcionar.