La existencia humana y la historia de los pueblos serían incomprensibles sin la presencia del poder en todas sus formas. Todo sería bien distinto con unas relaciones de poder diferentes. Existen realidades de la vida humana en las que el poder tiene una presencia especial. De hecho, el poder es determinante en el campo de la economía, en la acción política, en la organización del Estado. Es el poder público lo que hace que haya democracia real o bien que sea una falacia, que la sociedad sea permisiva y pluralista o, por el contrario, uniforme y hostil a las libertades. El poder tiene una beligerancia sumamente efectiva en el campo de la información, en el llamado Cuarto Poder y, asimismo, en las religiones. En unas más que en otras, las alianzas y complicidades entre poder y religión ahí están desfigurando el verdadero rostro de la religión en el mundo. La presente obra solo destaca algunos avatares de esta larga y procelosa historia, el poder y algunos de sus socios y cómplices más importantes.