Dos emperadores romanos consecutivos, Trajano y Hadriano, ambos hispanos y originarios de la Baetica. Nunca esto había ocurrido, pues todos los anteriores procedían de Italia. ¿Fue algo casual o bien existieron razones poderosas para que este proceso hasta entonces inimaginable se diera? ¿Cómo fue la transición del emperador Trajano a su sucesor Hadriano?
El primero, al parecer, murió de forma natural, por lo que podría pensarse que fue un cambio pacífico.
Las personalidades de ambos eran diametralmente diferentes, así como su impronta de mando, sus prioridades, la concepción del imperio, etc.
Tanto Trajano como Hadriano estuvieron rodeados por mujeres con amplio poder. ¿Tuvieron ellas un poder mayor del que puede pensarse? ¿Qué trascendencia económica supuso realmente el comercio oleario del aceite con Roma? ¿Cómo pudo financiarse la espectacular ampliación de Itálica, con unas domus tan excepcionales, un anfiteatro de casi treinta mil espectadores, un templo majestuoso dedicado al culto imperial del emperador Trajano de casi una hectárea de dimensión,
con cien columnas de mármol?
El protagonista de la novela, Publio Acilio Atiano, un équite de Itálica, personaje real acreditado, fue testigo excepcional de todos estos hechos mencionados al ser tutor de Hadriano en su juventud. Quizá él nos pueda aclarar que ocurrió exactamente.
Biografía:
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Sevilla, ha desarrollado toda
su vida profesional en el sector financiero, principalmente en el Banco Santander.
Aragonés, afincado en Sevilla, quizá una de las ciudades más bellas del mundo para él. También en el
Puerto Santa María y Jerez de la Frontera es frecuente su presencia. Cincuenta y ocho años.
Amante de la naturaleza, del senderismo en cualquier parte del mundo. Disfruta cada vez más montado en una bicicleta en compañía de sus íntimos por carriles y parajes de la Baetica.
Muy pendiente de la geopolítica y todo lo relacionado con el cambio climático, ha leído y lee mucho
sobre la II Guerra Mundial. Le relaja contemplar la pintura de Joaquín Sorolla. Sigue a los pintores sevillanos Rocío Viguera y Javier Cobreros. Considera al también pintor jerezano Eduardo Millan un talento absoluto.
Lee y escucha todo aquello que procede del doctor Valentín Fuster, así como del cirujano Mario Alonso Puig, persona a quien conoció hace años en la ciudad financiera de Santander, provocándole un gran impacto, y desde entonces es uno de sus fieles.
Ha visto muchas veces varias películas de la actriz Meryl Streep, pues la considera sobresaliente. Es
Oxford la ciudad fuera de su país donde mejor se ha encontrado e identificado y donde le gustaría pasar temporadas regularmente. Reconoce que la ciudad romana de Itálica y todos sus vestigios le provocan un magnetismo y una atracción difíciles de explicar.