Elisa es una mujer joven, frágil y asustadiza. Durante años su única ocupación consistió en criar a su hija, ya adolescente, con la única ayuda de su hermano mellizo. Una noche sale de fiesta por Gijón y conoce a un joven que hace renacer en ella sentimientos que creía perdidos para siempre. Cuando despierta de madrugada en el sofá de su casa comprueba, totalmente horrorizada, que el joven yace en el suelo del salón en medio de un charco de sangre. Lo peor es que no logra recordar nada.
Pocos días después, la inspectora Benítez se halla leyendo una noticia en el periódico cuando sus sentidos se ponen alerta de inmediato. El suicidio de una adolescente en un instituto de Educación Secundaria de Gijón tiene en jaque a todo el país. Ella tiene la sensación de que algo no cuadra. Entonces toma una decisión que debería haber tomado mucho tiempo atrás.