Gérard —el protagonista— es hijo ilegítimo de un fraile dominico alemán (Martel) y de una prostituta alcohólica originaria de Troyes (Francia) de las muchas que malvivían pululando alrededor de las tropas mercenarias cruzadas (Eloise). Ambos vivían amancebados y mantienen una singular relación sadomasoquista motivada por las contradicciones religiosas del sacerdote y el deseo de la mujer de que este reconociera la paternidad de Gérard, procurándole educación e ingreso en el seminario como medio de afrontar una vida que preveía miserable.
El fraile Gérard, ya anciano, apoyado sobre la borda del barco que le lleva, divisa la costa de Acre y recuerda su juventud. Erudito, filósofo y pedagogo reconocido en Francia, regresa a la tierra que le vio crecer y donde vivió una extraordinaria aventura. La jerarquía le permitiría morir en Jerusalén en pago por silenciar sucesos de antaño en los que él participó de forma involuntaria, pero determinante. Fue actor y testigo de un gran secreto que no debería ser divulgado, la existencia de «los hermanos de la sombra».