En el rastrillo de mi vida podemos encontrar cualquier cosa. Es un rastrillo dónde no se compra nada, pero se regalan sentimientos: amor, dolor, tristeza, esperanza, lucha, rebeldía… Un cúmulo de sentimientos recogidos por el autor a lo largo de su vida y en lo ancho del mundo que ha recorrido.
En cada rincón encontraba un sentimiento escondido que recogía cuidadosamente y lo transportaba en cualquier parte: papelillos en los bolsillos, servilletas de bares, libretillas o en su propia pobre memoria, donde algunos permanecen aún guardados, porque ni siquiera él se acuerda que los tiene.