«Dicen amar a Dios sobre todas las cosas, cuando aman más las cosas obtenidas en su nombre. No roban, cuando la fe es su arma más efectiva para despojar. Y no codician las cosas ajenas, cuando desde siempre han soñado con poseerlo todo».
La errante existencia de Rodrigo pronto lo llevará, sin pretenderlo, al corazón de un pequeño pueblo aparentemente olvidado en las cordilleras mexicanas, donde las tradiciones religiosas ocupan un lugar central. Tras las hermosas e interminables celebraciones eclesiásticas, se ocultan cuantiosos gastos económicos, siempre absorbidos por la abundante grey, que pasan de ser un acto voluntario y entusiasta a convertirse en una hiriente y despiadada obligación. Esta antigua práctica católica ha deteriorado alarmantemente la vida de los habitantes de San Filoteo, mientras, por otro lado, ha engrosado las alcancías personales del sacerdote local.
Muy pronto, los desdichados pobladores del lugar observarán con exaltada curiosidad la llegada de un extraño que desafiará los dogmas de su Iglesia en un desesperado intento por nivelar la balanza. Mientras tanto, en la capital, los poderosos hombres de Dios guardan sus Biblias y conversan en voz baja, tejiendo secretamente oscuras confabulaciones.
Al más puro estilo del género de estafa, esta trepidante historia se desarrolla con abrasivos toques de sátira religiosa y social.