Nunca deberíamos aceptar que esa estrella que llevamos en nuestro interior se apague o, por unos momentos, incluso deje de brillar. Tampoco deberíamos dejarnos de lado ni permitir que algo tan místico, extraordinario, mágico e intrigante como es nuestro latir deje de impulsarnos por dentro en cada instante, ya sea a través de la lectura, la música, cualquier afición que se tenga u otros medios.
El secreto del reloj de cuentos nos hace viajar en el tiempo desde la niñez, inmersos por completo en vértices sin rumbo, a la deriva de la imaginación. Nos sumergimos plenamente en ese universo, sorprendiéndonos a cada instante, sin perder nunca la ilusión que una vez tuvimos. Incluso la recuperamos, la mantenemos, o tomamos consciencia de que aquellos días verdaderamente felices que existieron dentro de nosotros en nuestra infancia nunca deben ser olvidados.