La normalidad es solo una ilusión que nos permite ordenar los calcetines por
pares. Este libro nació de un sueño en el que las palabras y los significados bailaban
una conga desenfrenada en una dimensión paralela. José Luis Fernández Juan
decidió traducir ese caos creativo en un extravagante ficcionario que desafía
las convenciones lingüísticas y nos lleva a una tierra donde los cangrejos hacen
triciclos y los murciélagos asisten a terapia de canto.
El juego con las palabras es la opción lúdica más sanadora que existe.
Divirtiéndonos con las letras de manera no convencional, logramos crear
imágenes inusuales que evoquen emociones y pensamientos diferentes. Podemos
usar homofonías, dobles sentidos, metáforas, calambures… El objetivo será
legitimar múltiples cargas de significados que nos deleiten y honren al idioma
español. Defenderlo es potenciar nuestro patrimonio artístico:
Ojalar: Comer con los ojos del deseo.
Atiladarse: Arreglarse como solo huno sabe.
Anadir:
Seísmo: 6666666666666666666.
Gringo: Baterista de Los Beatles cuando toca con los Hombres G.
Tresiyo: Cuatro.
Muletrillas: Fíjate, bueno, ya, vale.
Obeedecer: Cumplir dócilmente órdenes como si fueras un corderito.
Manotaza: Zarpa de 5 dedos, que en verdad es de 10.
Campeón: Primero en un campeonato y último en ajedrez.
Golfear: Vivir sin vergüenza y sin hermosura.
Dhoyía: Hoy en día.
Autógnomo: Elfo independiente.
Zanjajajaja: Hueco alargado y estrecho en tierra divertida.
Cucháchara: Utensilio que mete en la boca alimentos y saca parloteos.
Cojito: Necesitado de «Ergo sum» para poder andar pensando y existiendo.
Ósmosís: Fenómeno físico en donde se da un intercambio de entonaciones agudas y
esdrújulas a través de las llanas.