Es una obra de ficción. Dividida en dos historias; la segunda es precuela de la primera, y ambas convergen de forma circular en su final. Trata del recorrido vital de dos personajes. El primero, un niño, huérfano de madre, desde su nacimiento hasta su madurez, en la segunda mitad del siglo XIX, con su misterioso padre, humilde sepulturero en un pueblo de Castilla la Vieja.
Esta primera historia deja muchos interrogantes sobre el padre, que se despejan en la segunda, que narra la historia del padre, inicialmente de nombre distinto al que tiene en la primera historia.
Nacido en circunstancias muy distintas, de familia acomodada en una localidad de Cádiz. Esta segunda historia hace necesario remontarse hasta los abuelos del padre a principios del siglo XIX.
Muchos personajes aparecen en ambas historias, con sus vivencias y anécdotas. Con incidentes de todo tipo. Está documentada en las épocas y los lugares, incluyendo acontecimientos históricos como el sitio de Cádiz o la guerra de Filipinas. Pero esto no es el hilo conductor de las historias, sino el cariño y el amor, de un padre por su hijo y de éste por aquel.
Y, aunque no es una historia de amor como el mismo narrador dice, el del padre con una mujer, cuya aparición e influencia sobre él le hace enderezar una vida que llevaba torcida.