«Quizá con el pasar del tiempo, repose sobre la memoria ágil de quien
cruce su mirada por estas hojas y nunca deje en el sombrío del espacio
perderse y morir sin antes haber llegado al corazón de un ser amado, un
amigo o tal vez los mismos que son historia entre mis manos y los recuerdos
diarios escritos.
Estas son palabras descifradas del espíritu, regadas con sangre que corre
entre los espacios de mi cuerpo. Transmiten mis alegrías y desasosiegos
nocturnos, pasajeros y caprichosos.
Como todo ser, por pasar aunque sea un instante por el verdor de la natural
espesura, crea su historia, y más aún de alguien que de su vida hizo
tanta historia sin cuento.
Si la pueden divulgar entre el sonoro de las voces, alguien guardara en
lo más profundo de su alma. Para que no olvidemos que amar es sufrir,
romper las leyes humanas y divinas.
Que sea un adiós o un encuentro ligero, pero dedico al que comprenda y
sonría con ternura mis travesuras».