Todo sillón tiene memoria, pero este, además, te invita a sentarte para escuchar una historia cuyo final ya conoces.
Aníbal Luengo nos presenta, en El sillón que habla, su primera novela. Compuesta de retales de pensamientos que ha ido cosiendo hasta darle un hilo argumental. Todas las historias son imaginarias, aunque el lector pueda identificar algunos hechos con determinadas situaciones que ha podido experimentar, ya sea como espectador de un mundo real o como protagonista de sus propias debilidades o deseos.
En El sillón que habla, Aníbal Luengo nos sumerge en un caleidoscopio de vidas cruzadas, donde cada capítulo revela una perspectiva distinta sobre el amor, la identidad y las decisiones que nos marcan para siempre. Desde Dido, una consultora atrapada entre un matrimonio accidental en Las Vegas y las presiones de su carrera, hasta Santiago, un abogado que navega entre la ambición profesional y las sombras de su vida personal, los personajes se entrelazan en un tejido de historias cotidianas cargadas de humanidad.
Con un estilo ágil y una narrativa que salta entre el presente y el pasado, Luengo construye una obra que es tanto un espejo de nuestras propias contradicciones como una invitación a cuestionar las elecciones que creemos tener bajo control. El humor sutil y las referencias culturales dan un respiro entre las reflexiones más profundas, logrando que cada página resuene con el lector de forma personal.
Esta es una novela sobre personas, que se desarrolla en un ambiente empresarial y también íntimo, donde un simple sillón puede convertirse en testigo silencioso de nuestra vida. Una lectura que te hará reír, pensar y, tal vez, recordar que algunas decisiones se quedan para siempre, incluso cuando creemos que podemos olvidarlas.
