Esta obra muestra al Sol como un símbolo importante que representa ciertas circunstancias, situaciones y eventos de la vida emocional de las personas, principalmente en lo que al amor se refiere. Por ello, el autor, un enamorado del amor donde los haya, recorre los pormenores de una relación cualquiera, en un día cualquiera, de una vida adornada en brillantes colores o una vida «gris», como en muchos malos amores, donde los sueños y los no sueños, los malos y buenos deseos se juntan en un poema sin final, pero con principio.
No se puede ni se debe pedir más al amor, sea o no correspondido, sea bien dulce o amargo, pues el amor es así, y sin amor, el Sol ha muerto.