En un escenario de odios, pasiones e intrigas por la consecución del poder, destaca la figura de Omar, personaje ficticio, en su doble faceta de soldado con la responsabilidad de singular agente informador, a las órdenes del caudillo Al-Mansur, que da soporte histórico a la narración. Todo ello en la segunda mitad del siglo X bajo los califatos de Al Hakhan II y de su hijo Hishan II, en la convulsa sociedad de la época asentada en el territorio de la vieja Hispania ocupado entonces bajo el nombre de Al Andalus. El autor relata la acción en un sencillo lenguaje que a la vez describe con precisión todo un modo de vivir de un pueblo, expresión de una cultura y un credo distinto en ese período de tiempo encuadrado en los casi ocho siglos, que los reyes cristianos emplearon en una larga reconquista.