¿Quién, además de Don Quijote, vio gigantes en los molinos?
¿Quién, como hiciera nuestro caballero “almado”, combatió en los gigantes a la soberbia?
¿Quién sino un visionario, como él, vio ejércitos donde otros veían solo rebaños?
Hoy, cuando ya han pasado más de 400 años de aquellas visiones, la soberbia sigue siendo un gigante poderoso e incluso malvado. ¿Y qué decir de los ejércitos, guiados como rebaños, y enfrentados en guerras que no parecen tener fin mientras haya por medio un interés que se pueda convertir en dinero o en cualquier otro tipo de poder?
Cervantes, maestro de los espejos, dejó en su libro inmortal luces ocultas entre las sombras. No podía hacerlo de otro modo, cuando la libertad estaba en entredicho en aquel tiempo del Siglo de Oro de nuestras letras. Algunas de esas luces son desveladas en este manuscrito, hijo del estudio y del entendimiento, de la admiración por el más singular personaje de la literatura de todos los tiempos: Don Quijote.
Este testamento nació de una intención poética y amorosa que recorre el alma de tu sentir, lugar donde tus afectos, tus emociones, tus sentimientos y pasiones, o te encadenan o te liberan. En él, Don Quijote habla de “su verdad” a Sancho y al ama, testigos ambos de una humanidad, a la vez masculina y femenina. Y lo hace desde la palabra que nace de un corazón que habla a un corazón que escucha, pues solo en la escucha de la palabra del corazón el hombre recupera su libertad interior y su salud.
Francisco Javier Martínez Barrios alias Ulha Maleva (Pozoamargo-Cuenca 1957).
Este testamento de Don Quijote es su primera novela. Anteriormente ha publicado un libro de poesía (Un verso cada día. 2018). Desde hace casi diez años viene publicando un poema cada día en su muro de Facebook, Ulha Maleva. Es autor de una muy amplia obra poética, aún sin publicar.
Actualmente está trabajando en la que será su segunda novela.