Este pequeño libro acoge en su corazón tres discursos pronunciados con motivo de la jubilación de profesores compañeros de enseñanza secundaria. Los discursos, cuyos materiales de construcción se extrajeron de la cantera de la memoria, de la memoria mágica, se proponen, ante todo, homenajear a estos heroicos docentes al final de su maratoniana carrera. Sin embargo, también dejan traslucir, a la luz de la ironía, una visión de la situación actual de la enseñanza secundaria en España, así como una interpretación de la vida humana en general. Van precedidos de un prólogo con explicaciones sobre la obra y coronados por un epílogo a modo de breve reflexión sobre el tiempo. En la exposición sobrevuela la idea de que, aunque la realidad se va, arrastrada por la corriente fluvial del tiempo, siempre queda (un momento más) el espejo del recuerdo, en el que aquella se prolonga, en cierto modo, y se refleja más hermosa de lo que realmente fue. Así, la obra también constituye un sentido canto de alabanza a la belleza encantadora que se decanta en el recuerdo embellecedor, y una fervorosa plegaria al dios tiempo: mayormente aterrador, a veces sanador y, en la esperanza, al menos parcialmente salvador.