Sergio, de cuarenta años y recién separado, decide mudarse a vivir a un nuevo piso para así cambiar de aires y disfrutar de una nueva vida.
En esta nueva etapa sale a relucir todas sus ansiedades, y descubre despavorido que algo en él no funciona bien, y que aun cubiertas todas sus necesidades del exterior, la insatisfacción le embarga por momentos.
Las circunstancias le acercarán a Vicente, su vecino de al lado. Vicente, siendo éste un hombre inusual, viudo y dueño de un gato siamés, guarda en sí mismo una sabiduría extraída en todo momento de su propia experiencia.
Sergio descubrirá en la persona que vive a pocos metros de él, la enseñanza de que no sólo es el exterior lo que debe organizar, sino su mundo interior el que ordenar.
A través de la disciplina del autoconocimiento y conversaciones con su vecino que sacuden su propia mente, Sergio se verá con la tarea de reconstruir sus cimientos, pues los que le sostenían fueron obligados a derrumbarse para dar paso a nuevos enfoques y percepciones.