Gasco Álvarez es un expolicía reconvertido en detective privado que sabe moverse por los ambientes más oscuros y cuyos clientes suelen ser empresarios con pocos escrúpulos que requieren sus servicios por su discreción y su especial forma de resolver los casos.
Los cuerpos sin vida del superior de la orden religiosa Los Ministros de Cristo y de un viejo miembro de la misma congregación aparecen en extrañas circunstancias. La orden recurre al detective para que comience una investigación paralela a la de la Policía.
El inspector Hernández y el agente especial Ortega, llegado desde la Central para ayudar en el caso, tomarán contacto con Gasco y entre los tres intentarán arrojar luz sobre lo ocurrido. Ninguno de ellos tendrá en cuenta que el pasado es una variante que siempre está presente.
El móvil de los asesinatos desvelará a los protagonistas un secreto que nunca lo fue.
Un viaje por el lado más oscuro del ser humano, la fe y el terror, que producen actos contra toda lógica moral y racional.