El autor, con esta obra, pretende demostrar que los cuentos mágicos son una alegoría de la vida camuflada en una serie de metáforas. Es decir, que estos cuentos esconden normas de conducta y valores de la época y de la sociedad en la que se crearon.
Así, cada una de estas famosas narraciones aporta un modelo o paradigma de conducta tópico que responde a un problema vital, social y universal; el cual, en gran medida, continúa vigente en nuestra sociedad.
El cuento mágico se convierte así en un instrumento al servicio de la conservación de estos valores y normas de conducta; es un medio de educación solapado que permite al autor transmitir sus ideas y los intereses más característicos de una clase social y de una época. Por tanto, la agradable y entretenida lectura de estos cuentos contribuye a perpetuar dichos principios a través del tiempo y del espacio.
En este texto, realizamos una búsqueda de ese mensaje oculto y, para lograrlo y descifrar su contenido, nos servimos de los símbolos oníricos y literarios. Una vez interpretado el simbolismo del relato, el resultado, a veces, nos sorprende por su crudo realismo.