En el siglo XVI, la humanidad descubrió la verdadera dimensión de la Tierra, cuyo tamaño quedó definitivamente establecido. Fue una época en la que España y Portugal competían por dominar las rutas marinas del globo, hasta entonces temidas y evitadas por el miedo atroz a los océanos tenebrosos.
Este logro fue posible gracias a un puñado de hombres que enfrentaron la incertidumbre y se adentraron mar adentro de la única forma posible: arriesgando la vida y desafiando a la muerte.
En esa lucha por desentrañar los enigmas del mundo, algunos quedaron varados en lo más recóndito de lo desconocido. Náufragos en tierras lejanas, condenados a un regreso imposible, no tuvieron más opción que adaptarse a nuevas costumbres, nuevas lenguas y nuevas creencias.
Esta es la historia de uno de esos náufragos: Antón, un joven cuya miseria y ansias de aventura lo empujan a enrolarse en la expedición de Magallanes. Tras dos años de navegar por aguas inexploradas, acaba abandonado más allá del mundo conocido, en una de las islas de Oriente.