Esta obra, escrita con la maestría de la sencillez, refiere la búsqueda de una identidad personal perdida u oculta en la sociedad del siglo XVIII, bajo los efectos de las contiendas vividas en Centro Europa en época convulsa y aterida por las consecuencias de los actos bélicos. Ciertamente no es una novela histórica aunque refiera con rasgos fidedignos
el acontecer; tampoco es una obra musical aunque su hilo conductor se sostenga en la música y en el virtuosismo del violinista. Es, sin duda, una historia de amor -o de amores-, cuya consideración remite a la actitud pasional y voluntariosa del protagonista en su profundo ideal del seguimiento de su conflicto identitario a través de una fastuosa delicade
za por la música como expresión de excelencia de la belleza.
Continuación de “La sonata perdida”