¿Por qué este libro? ¿Por qué deshilachar la complicada madeja de ese término tan subjetivo sobre el que tanto se ha escrito? ¿Realmente se puede llegar a la felicidad?
Un día que no tengas prisa, que el reloj no sea el director de tu vida, que no te importe perder unos minutos disfrutando del devenir de tus horas dedícate a observar a la gente que te rodea. La premura, la impaciencia, la celeridad, sobre todo en las grandes urbes, son los ejes que ordenan nuestros sentidos y los catapultan a un viaje vertiginoso en donde el estrés se convierte en el principal protagonista. Ceño fruncido, trato hosco, amargo, en donde la rabia, amargura y frustración engalanan la dirección de los actos son las características que pueden definir a la mayoría de las personas con las que disfrutas el día a día; aquellas que constituyen el entorno del que formas parte. Al parecer, el crecimiento exponencial del progreso conlleva una vida moderna cargada de exigencias. Un consumismo frenético, un egoísmo desbocado, falta de tiempo para todo aquello que realmente es humano o ambiciones profesionales que desbordan lo racional empobrecen, y de qué manera, las bases imprescindibles para construir una sociedad donde el ser humano pueda disfrutar de todas aquellas cosas que la vida les ofrece.
He rebuscado en infinidad de trabajos, consultado una amplia base de datos bibliográficos, me he sumergido en un montón de estudios que, en definitiva, buscan lo que todos en esta vida deseamos: la felicidad. Ha sido una ardua tarea, pero después de este reconfortante esfuerzo no solo he podido elaborar un resumen perfectamente organizado de este maravilloso mundo sino que, además, he podido sacar unas conclusiones personales que me han ayudado a afrontar esta vida de una forma mucho más positiva. Espero que la lectura de este libro, amena y adictiva, ayude a cada uno de los que se sumerja en esta apasionante aventura tanto como me ha ayudado a mí.