Esta obra se distingue y destaca por el equilibrio entre experiencia clínica y conocimiento teórico; Francisco Díaz hace un recuento de las diversas propuestas de terapia Gestalt contemporánea y las integra de manera magistral al trabajo con familias en la experiencia adictiva, con el fin de crear un modelo bien fundamentado. El libro no busca fórmulas o recetas, por el contrario, propone un profundo análisis de los fenómenos del campo y los procesos del self. En el origen era el amor es el resultado de una exhaustiva búsqueda de innovar en materia de intervención gestáltica con familias. En esta obra convergen y se condensan los diversos puntos de vista que han surgido en torno al estudio de la terapia Gestalt contemporánea y de la filosofía. Tal vez ese sea uno de sus mayores méritos, junto con la visión compleja y postcartesiana que propone de la salud mental, que prueba que, contra lo que se pensaba tradicionalmente, la experiencia adictiva tiene su origen en las relaciones familiares.